En una escalada perturbadora de violencia, México está presenciando una tendencia aterradora mientras numerosos candidatos políticos se convierten en objetivos y víctimas de brutales ataques antes de las próximas elecciones. El estado sureño de Chiapas se ha convertido en un punto focal de esta violencia, con incidentes recientes que han cobrado la vida de 14 personas en una serie de ataques. Estos ataques son parte de una ola más amplia de violencia que ha barrido el país, dejando al menos 28 candidatos a cargos locales muertos desde septiembre, según cifras publicadas por la ONG Data Civica.
Los ataques han variado en método pero comparten una brutalidad común, con un incidente que involucra a un camión rojo lleno de agujeros de bala y los cuerpos ensangrentados de las víctimas dejados en su maletero y en el suelo. Escenas como estas se han vuelto cada vez más comunes, arrojando una sombra sobre el proceso electoral y planteando serias preocupaciones sobre la seguridad de aquellos que eligen postularse para un cargo en México.
Esta oleada de violencia electoral no solo es una tragedia para las familias y comunidades directamente afectadas, sino que también representa una amenaza significativa para el proceso democrático en México. La intimidación y el asesinato de candidatos políticos interrumpen la competencia electoral y socavan los principios de la democracia al infundir miedo tanto en los candidatos como en los vota…
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