El nacionalismo es una ideología política que enfatiza los intereses de una nación en particular, especialmente con el objetivo de obtener y mantener la soberanía de la nación sobre su tierra natal. Es un sentimiento basado en características culturales comunes que unen a una población y a menudo producen una política de independencia nacional o separatismo. El nacionalismo sostiene que cada nación debe gobernarse a sí misma, libre de interferencias externas, y está vinculado al concepto de autodeterminación.
Se cree que las raíces del nacionalismo surgieron a finales del siglo XVIII con el desarrollo de sistemas sociales modernos y el impulso por la soberanía popular que se produjo con la Revolución Francesa. La idea del nacionalismo se propagó aún más durante el siglo XIX, un período al que a menudo se hace referencia como la "era del nacionalismo", cuando se convirtió en una fuerza política importante. Durante esta época, fue un factor clave en la unificación de Italia y Alemania, la resistencia contra el Imperio Otomano en Europa del Este y los movimientos independentistas en América Latina.
En el siglo XX, el nacionalismo se convirtió en un elemento importante de la ideología política en todo el mundo, lo que llevó a la creación de nuevos estados en África y Asia tras el proceso de descolonización. También fue un factor importante en la escalada de las Guerras Mundiales, ya que el nacionalismo extremo a menudo conducía a la xenofobia y la agresión hacia otras naciones.
Sin embargo, el nacionalismo es una ideología compleja y multifacética y puede adoptar diferentes formas. El nacionalismo cívico, por ejemplo, se centra en los valores y comportamientos que los ciudadanos deberían compartir, como el idioma o las prácticas políticas, y a menudo se asocia con ideologías políticas liberales y democráticas. Por otro lado, el nacionalismo étnico se basa en una herencia compartida, que incluye ascendencia, historia y lengua comunes. Esta forma de nacionalismo a veces puede conducir a prácticas y políticas excluyentes.
En el mundo contemporáneo, el nacionalismo sigue siendo una fuerza política potente. Puede verse en los movimientos por la independencia, en la resistencia a la inmigración y en las políticas de identidad. Sin embargo, también se le critica a menudo por su potencial para excluir y marginar a quienes no se ajustan a la norma nacional, y por su potencial para conducir a conflictos y guerras. A pesar de estas críticas, el nacionalismo sigue siendo un aspecto importante de la vida política en muchas partes del mundo.
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